martes, 8 de abril de 2008

Pobre..ya lo ven como un loco!!!!!




PARIS.-Después de una hora de diálogo en un salón vidriado frente a los jardines internos del Palacio del Elíseo, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, invitó a Cristina Kirchner a mantener una reunión privada en una sala contigua a aquella en la que las dos delegaciones estaban terminando el almuerzo. Allí, Sarkozy le pidió a la presidenta Kirchner ayuda para contener a Hugo Chávez, cuyas reacciones intempestivas preocupan a Europa porque ponen en riesgo la estabilidad de la región, confiaron a La Nacion fuentes del Palacio del Elíseo.

Lo que hizo Sarkozy ayer, durante la reunión en la cual anunció que viajará a la Argentina el año próximo, fue transmitir el pedido de los gobiernos europeos a aquellos países que, como la Argentina, tienen diálogo abierto y cordial con Chávez. El presidente francés considera que la Argentina es, para lograr aquel propósito, una pieza clave, por el estrecho vínculo que existe entre Buenos Aires y Caracas.

La misión reclamada por Sarkozy, de extrema sensibilidad política, tiene un reparo: justo en estos momentos está en marcha la operación humanitaria para liberar a Ingrid Betancourt, secuestrada por las FARC desde 2002, cuyo éxito depende en buena medida del papel que juegue Chávez, considerado por Sarkozy un actor “clave y fundamental” en la misión de rescate.

El gobierno de Francia, al igual que el de muchos otros países europeos, quedó azorado por el nivel de virulencia y riesgo que alcanzó, en marzo, el enfrentamiento de Venezuela con Colombia tras la incursión militar colombiana en Ecuador, que terminó con la vida de Raúl Reyes, uno de los máximos líderes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

El canciller argentino, Jorge Taiana, y miembros de la delegación argentina consultados por La Nacion negaron conocer el contenido del diálogo reservado entre ambos presidentes, ocurrido en el contexto de la reunión de máximo nivel en el Palacio del Elíseo, el momento de mayor trascendencia de la visita de 36 horas de Cristina Kirchner a esta capital. La Presidenta concluyó anoche su misión y regresó a la Argentina.

En esa reunión, complementada con un encuentro posterior con el primer ministro Francois Fillon, no se habló de la deuda en default que la Argentina mantiene con el Club de París (unos 6500 millones de dólares), como había trascendido en Buenos Aires antes del viaje, pero sí de la intención de fortalecer los vínculos comerciales y económicos con Francia para que empresas de este país inviertan en áreas estratégicas, como el transporte, la energía nuclear, petróleo y gas.

Los presidentes acordaron establecer un mecanismo de "diálogo telefónico abierto" que será coordinado por los dos cancilleres, dijo Taiana al salir del palacio. "Ante cualquier inquietud o requerimiento se pone en marcha", señaló.

"Es muy importante que la Argentina pueda representar los intereses de Francia en América latina y Francia los intereses de la Argentina en Europa", le dijo Sarkozy a Cristina Kirchner durante el almuerzo. Y destacó la importancia para la Argentina de consolidar el crecimiento, la estabilidad y la democracia.

La Presidenta llegó al Palacio del Elíseo con un tapado beige, zapatos y cartera al tono. En las escalinatas del edificio presidencial Sarkozy esperó a que ella pasara revista a una formación militar y luego la recibió con cálido y afectuoso saludo.

Frente a frente en una mesa oval de 12 comensales, los presidentes hablaron durante una hora. Del lado argentino participaron el canciller Taiana; el ministro de Planificación, Julio De Vido; el secretario legal y técnico de la Presidencia, Carlos Zannini; los jefes de los bloques parlamentarios del oficialismo, Agustín Rossi (Diputados) y Miguel Pichetto (Senado), y el nuevo embajador argentino, Luis Ureta Sáenz Peña.

Junto a Sarkozy, estuvieron el canciller Bernard Kouchner; el asesor para asuntos exteriores y mano derecha del presidente francés, Jean-David Levitte; el embajador de Francia en la Argentina, Frederic Baleine du Laurens, y el jefe del Departamento de América latina de la cancillería, Daniel Parfait, cuñado de Ingrid Betancourt.

La mayor preocupación

Fue un diálogo cordial y sin pausa entre ambos presidentes. En el primer tramo, dedicado al caso Betancourt, Sarkozy destacó y agradeció el apoyo dado por la Presidenta al esfuerzo internacional para rescatar a Betancourt y a los demás rehenes en manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), según relataron el canciller y los legisladores Rossi y Pichetto.

El trato cálido y afectuoso de Sarkozy sedujo a los miembros de la delegación y a la presidenta Kirchner. Y los sorprendió cuando repasó los números de la economía argentina. Fue cuando se hablaba del tren de alta velocidad Buenos Aires-Rosario-Córdoba, que construirá la empresa francesa Alsom y financiará el banco Natixis, también francés.

En ese contexto, Sarkozy anunció que viajará a la Argentina el año próximo con una misión con empresarios. "Me gustaría estar presente cuando coloquen la piedra basal de la obra", dijo, y la respuesta no se hizo esperar: las obras del tren comenzarán a fines de este año. "Entonces me gustaría visitar las obras cuando vaya a su país a principios de 2009", insistió ante su invitada.

Cuando Cristina Kirchner planteó la necesidad de fortalecer el multilateralismo y aggiornar a los organismos internacionales, Sarkozy dijo que es partidario de que Africa y América del Sur tengan un representante permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Frente a ello, la Presidenta reafirmó la intención argentina de que el lugar de América latina sea rotativo y no permanente, como es la aspiración de Brasil.

Antes de irse, cuando ya habían almorzado, Sarkozy invitó a Cristina a una charla privada, donde, según fuentes de la presidencia francesa, le dejó el pedido para contener a Hugo Chávez.

Así, la Argentina vuelve a un primer plano en la agenda internacional, el lugar que Cristina Kirchner pretendía recuperar cuando se preparaba para asumir la presidencia.

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